Momentos sublimes con los sabios de la modernidad

Tal vez en este texto de Platón me digan que ponerle al Getafe-Villarreal


Estaba el otro día pensando en una nueva sección para el blog de estampas bizarras de mi ciudad cuando caí en la cuenta de que no tengo una cámara disponible; pero tirando del hilo caí en la cuenta de que no les he dedicado un post a ese personaje mítico de mi meridional ciudad y seguro que también de sus respectivas ciudades: el FUCE (Filósofo Urbano Callejero Espontáneo).

Cuento a continuación algunos encuentros con estos increíbles personajes, algunos propios, otros narrados:


Un brindis a mi salud


Un domingo de ramos estaba yo aburrido en casa por la mañana, ese día no tenía partidito de fútbol porque no encontramos suficientes personas dispuestas. Como tenía ganas de hacer ejercicio salí a correr por el paseo marítimo, al volver tiré por la Plaza de la Merced (donde nació Picasso). Cuando voy andando veo un FUCE sentado en un portal con una cerveza en la mano

- Compadre ¿adónde vas? - me dice
- A correr - le respondo

Levanta entonces su cerveza a modo de saludo

- Brindo por los que corren - dice con una sonrisa

Le dí las gracias y eché a correr.


Un chiste cinematográfico

Fue esto en una edición del festival de cine fantástico de Málaga, fui con un amigo a ver 1984 que la reponían en V.O. Nos disponíamos a dirigirnos a casa de una tercera persona que nos acompañaba, cuando esperando en un semáforo para cruzar nos viene un FUCE con expresión festiva, alegre y con ganas de comunicar (algo que siempre debe celebrarse):

- Dice: yo no fumo ni bebo ¿tú que eres Rocky Balboa?

Eso fue lo que nos dijo, por la cara. Mi amigo y yo nos descojonamos de risa. El FUCE, complacido por la buena acogida de su comentario nocturno-cinéfilo sonrió y nos dio las buenas noches antes de desaparecer de nuestras vidas.

Una idea excelente (por cortesía de AGAF)

Me contó el siempre amigo de esta casa AGAF que iba con un amigo cuando vio un FUCE intentando apropiarse de una moto ajena, pero esta tenía el pitón y no podía andar. El FUCE insistía pero pese a sus intentos era incapaz. Al ver a los dos jóvenes el FUCE pidió ayuda. Los chicos no le ayudaron, pero el acompañante de AGAF le dijo: Como no la metas en un contenedor de basura no te la podrás llevar.

El FUCE se paró a pensar y le dijo: Es verdad, que buena idea. Tú eres listo tío, tú eres listo.

Acto seguido metió la motillo en el contenedor de basura y se fue calle abajo, con unos euros asegurados y con más páginas para su manual.

El cambiar de las cosas con el paso de los años

Una de las mejores cosas que tienen los FUCEs es que te abordan sin previo aviso, para que la experiencia sea redonda. Para que te alegre la mañana. Un buen día se acerca un FUCE a un conocido (que me la contó hace poco) y le saltó sin previo aviso una frase para reflexionar:

- Antes los llamaban confidentes ahora los llaman chivatos

Sólo eso, es para pensárselo

Relevando en el puesto de guardia

Los FUCEs no tienen por qué ser marginales, pueden venir de muchos sitios. En cierta ocasión iba con unos amigos a tomar unas copichuelas un viernes noche. En la puerta de un restaurante había un hombre vestido de camarero fumando. Sale un compañero suyo y tuvo lugar el siguiente diálogo:

Camarero1 tirando una colilla: Estaba vigilando los cubos de basura
Camarero2 sacando un cigarro: Venga ahora los vigilo yo un rato

Los cuatro que íbamos nos partimos de risa, los camareros nos miraron. Empezamos a aplaudir y ellos saludaron, tenemos tanto que aprender de ellos

Un agente de la INTERPOL

En mi barriada existe un personaje mítico al que llaman el Matao, tiene frases memorables en la retina de los que alguna vez se cruzaron en su camino. Entre ellas tal vez la más famosa sea: Te corten las orejas y te pongan dos rodajas de mortadela.

Siendo yo niño en cierta ocasión se hizo con una placa de policía de juguete, y se la enseñaba a la gente. Así estuvo una temporada sacando la placa de policía, hasta que un buen día dejó de enseñarla. Los niños del lugar le preguntaban:

- José (si le decías matao se enfadaba y era mejor correr), enséñame la placa de policía
- La tengo en Washington - contestaba.

Supongo que se la estarían renovando, o que le cambiaron de jurisdicción, no sé.


En definitiva, estas son algunas anécdotas de lo más castizo de nuestras ciudades. Entre monumentos, obras, piropos de albañiles, músicos callejeros y demás parafernalia también existen esos sabios que de cuando en cuando nos descubren parte de su mundo interior. Les invito a que compartan con este humilde bloggero sus experiencias con estos pensadores del mundo moderno.