Que grande eres Rocky

Si salgo de esta hago también la de Rambo


Cuando un futbolista vive momentos buenos en un club y se va a otro para ganar más dinero, siempre corre el riesgo de que no le vaya bien y quiera volver al club donde le fue tan bien. Eso es algo que los aficionados suelen temer, todos saben que esos retornos no son buenos, esas segundas etapas no suelen ser fructíferas.

Pero lo de Rocky es otro cantar. Ha vuelto para ser el mejor, para demostrar que lo sigue siendo. Sus rivales son más duros que nunca: no ha de enfrentarse a la mole MA ni al altivo Apolo Creed, tampoco al terrible Iván Drago; sus enemigos son él mismo y el inexorable tiempo; tiempo que se escapa entre las manos de un bobalicón pero tierno Rocky Balboa que vuelve a tener problemas, que vuelve a tener un corazoncito; reviviendo sus días felices, adivinando entre las volutas del humo de un cigarrillo de gloria (o quizá un tremendo habano) apagado hace mucho en el cenicero, los días que se consumieron.

El otro día en el desayuno del trabajo leyendo el periódico leí una encuesta a boxeadores profesionales a los que preguntaban sobre Rocky, si la figura del púgil de Filadelfia y sus pelis eran buenas para el boxeo o no. Bueno yo no soy un entendido en boxeo y prácticamente no lo soy en nada así que no lo sé, no puedo opinar. Pero si no es buena para el boxeo desde luego sí que lo es para la vida. Para no rendirte, para tirar palante, la lona no es el final, no es tu enemiga, sólo te da un respiro.

Después del decepcionante Rocky V la saga merecía algo mejor y lo ha tenido, el Balboa que despega desde la humildad, el destacado papel de Paulie, su cuñado con frases como: El hielo es estúpido y la gente que va sobre el hielo es estúpida; joé que fenómeno. La cinta recupera la épica que se había perdido, el malo te cae mal (no como Drago que a mí me caía bien), y el hijo de Rocky sigue siendo igual de idiota. Incluso con todo eso Rocky ve en el nuevo desafío la posibilidad de volver a creer en sí mismo y en la vida, en volver a ilusionarse y no hablo sólo de boxeo, de ilusionarse en la vida.

Servidor con sus colegas en el cine se lo pasó pipa, aplaudiendo a Rocky, celebrando los golpes, era como en los viejos tiempos. Al terminar un hombre que estaba a mi lado se dirige a mí:

- Te ha gustado ¿verdad? - me dice sonriendo
- Al primero que vea por la calle le suelto un castañazo - le respondí yo

El hombre se descojonó de la risa.

En resumen, no es la mejor de la saga, pero mola tela.

Bueno me he emocionado, me voy a zurrarle a alguien; esperemos que no sea muy fuerte.