Mitología: Apolo, el guaperas del Olimpo
Apolo es el Dios del Sol, hijo de Zeus y Leto, nació en un parto múltiple: nació él y su hermana Artemisa que representa a la Luna. También tiene atribuídas la divinidad sobre la poesía, la música, las artes adivinatorias y la estación del verano.
La infancia de Apolo fue feliz junto a su hermana en la isla de Delos, creció y se convirtió en el Dios más macizo del Olimpo, su padre le regaló un carro tirado por cisnes (mágicos claro para que pudiera volar), visitó el país de los hiperbóreos y luego se dirigió a Delfos, allí mató Pitón y se instaló en el Oráculo que pertenecía a la serpiente Pitón. Desde entonces el oráculo se conoce como el oráculo de Apolo en Delfos.
Apolo eligió a una joven llamada Pitia para interpretar las visiones del oráculo del Dios, luego fundó los juegos píticos en honor a Pitón.
Apolo es un Dios rebelde y orgulloso, fue expulsado del Olimpo en dos ocasiones: la primera por participar en una revuelta contra Zeus (que poco respeto por tu padre, hay que darse cuenta...), cuando Zeus recuperó el poder castigó a su hijo a ayudar al rey Laomedonte a construir las murallas de Troya. La segunda expulsión se la ganó por lanzar flechazos a los cíclopes (supongo que quería darles en el único ojo que tienen para dejarlos ciegos, que mala ostia). Los cíclopes eran amiguetes de Zeus (fueron aliados suyos en la Titanomaquia, como ya expliqué en su día), Apolo fue castigado a cuidar los rebaños del rey Admeto.
Nunca se casó y pese a ser un solterón empedernido ha sido rechazado muchas veces, aunque también tuvo bastantes éxitos. Es un dios orgulloso y vengativo una vez desolló vivo al pobre Marsias por intentar (que no conseguir) tocar la flauta mejor que Apolo la lira. Estos griegos y sus venganzas...
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