¿McGyver tras la búsqueda de la Atlántida? ¡sí!; de la mano de nuestro fake-científico favorito podemos adentrarnos en una aventura con un montón de tonterías que harán la delicia del personal más ansioso del cine de explotación.
El principio de la peli es demoledor: McGyver y un barba histriónico entran en una galería supuestamente subterránea.
¿Tienes papel colega?Para inmediatamente entrar en una galería que recibe la luz del sol (?)
- Apaga la linterna, que aquí no hace falta.
- Da igual, las pilas son recargables.Esta es sólo una de las divertidísimas incoherencias de
Lost Treasure of Atlantis, una película en la que McGyver deja de ser un agente secreto para convertirse en el Indiana Jones de la ley de la relatividad (salvando las distancias conceptuales y presupuestarias, claro está)
Tras encontrar un medallón al que le falta el cartel de NO TOCAR y el tonto de turno cogerlo, McGyver y el barba estúpido se quedan atrapados entre toneladas de chocapic e inexplicablemente la película da un salto a varios años después, en las que sin saber como nuestros héroes han escapado (la elipsis más pancha y destructiva de la historia, me temo)
Llenísima de tópicos como el rico que no busca el conocimiento sino la riqueza, la chica guapa, el malo que se limita a espiar los avances de los protagonistas para aparecer con una pistola después (cosa que ocurre varias veces para nuestro regocijo viendo lo poco precavidos que pueden ser McGyver y sus amigos; y es que hay que ser idiota para que te sigan a todas partes), lo cierto es que la película tiene un sabor fresco, valiente (piensen que es un telefilm sobre un héroe televisivo de los 80 SOBRE ATLANTIS) y que pese a sus garrafales idioteces que te hacen reír (como restos arqueológicos escondidos tras arbustos, la perfecta visión de los planetas del sistema solar sin telescopio y cosas así) cuando te ríes lo haces con un deje de ternura, tal vez por nostalgia, ciertamente, pero también por simpatía a uno de los héroes más importantes de nuestra memoria catódica; que dicho sea de paso, se merece nuestro reconocimiento y respeto.
Si no tienen escrúpulos pueden visionarla, desde luego es llamativa si les atraen los subproductos.