A decir verdad si escribo el blog es porque me debo a ustedes, para que engañarnos si nadie comentara nada dejaría el blog con cara de cabreo. Pero como ustedes lo comentan (no hay muchos comentarios, pero algunos hay y ya me siento contento) debo hacerles un poco de caso.
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Sr. Ruina me pidió no hace mucho que hablara de El Almuerzo Desnudo, precisamente en su primer comentario en mi humilde blog, me hizo sonreír, no hay mucha gente en todos los foros en los que he estado ni en todos los chats que he frecuentado (que no han sido muchos pero vaya alguna vez sí entré) que sepa el origen de mi nick. Pues sí amigos míos lo de Dr.Benway es un personaje de esta novela de William Burroughs, hoy hablo de ella, no hablaré mucho de este escritor maldito de la generación Beat hoy, eso prefiero dejarlo para otro día ya que tengo pensado hablar un poquito de todos los componentes de la generación.
He de suponer que si han llegado a este párrafo es que tienen alguna curiosidad o algo de inquietud, a lo mejor consigo algo positivo por una vez en mi vida.
El almuerzo desnudo es una novela difícil de describir y de enfocar, es algo bastante complejo y cada vez que alguien me ha preguntado quién coño es ese Benway y quién coño es ese Burroughs del que tanto hablo y que no veas si doy calor con la novelita de los cojones; no he podido darles una explicación fácil ni convincente en pocas palabras, así que intentaré enfocarlo como si la novela tuviera instrucciones de uso, antes de programar una lavadora o conducir un coche hay cosas que hay que saber, de igual manera hay cosas que hay que saber antes de leer esta novela:
Su repercusión y entorno:
Estamos ante una de las novelas más influyentes y míticas de la literatura norteamericana, sobre todo del siglo XX, el propio Kart Cobain se confesó admirador de Burroughs. Es un descenso a los infiernos de la droga en un mundo corrompido y morboso sin futuro, un viaje fantástico y alucinatorio profundamente sensorial con una carga sexual altísima. Es una denuncia a todos los estatutos habidos y por haber: la universidad, el ejército, el colonialismo, el puritanismo y sobre todo la psiquiatría (para el que Burroughs crea al personaje de Benway) es divertidísimo y estremecedor, vulgar y poético; como dijo Norman Mailer: implacable como los impuestos.
Estructura:Aquí hay algo que debéis saber: no es una novela convencional, no es una historia con principio y con final. No existe un protagonista con un problema que se desarrolla y se resuelve, no hay héroe ni heroína (bueno heroína hay pero de la que se chuta un yonki). No sé si me estoy explicando; no es una historia convencional, porque no es una historia propiamente dicha, es una sucesión de visiones del mundo y de la sociedad vista a través de los cristales de colores del drogadicto. Así en un capítulo se habla de los problemas de los drogadictos con la policía o con el síndrome de abstinencia y en otro se habla de los grupos revolucionarios anticolonialistas o de la universidad.
Lenguaje: Como dije antes es vulgar y poético, Burroughs utiliza un lenguaje lleno de imágenes y sensaciones; de una terrible densidad y arrogancia siempre rayando la impureza con una magistral prosa turbia profundamente lírica. Además hay que decir que es difícil de comprender en muchas ocasiones lo que escribe, claro que aún así aunque no lo entiendas te gusta lo que lees, os dejo un fragmento, el inicio del capítulo 8
Campus de la Universidad Interzonas para que entendáis lo que digo; como se suele decir: para muestra un botón.
Burros, camellos, llamas, rickshaws, carretillas empujadas por muchachos exprimidos, ojos saltones como lenguas de estrangulado: palpitantes, rojas de odio animal. Entre los estudiantes y el estrado del profesor cruzan rebaños de ovejas y cabras, reses cuernilargas. Los estudiantes se sientan en bancos de parque oxidados, bloques de caliza, sillas de jardín, cajones de embalaje, bidones de aceite, tocones, pufs de cuero polvoriento, colchonetas de gimnasia roñosas. Llevan vaqueros - chilabas... calzas y jubones -, beben aguardiente en tarros de mermelada, café en latas de conserva, fuman mandanga (marihuana) en cigarrillos hechos con papel de envolver y décimos de lotería... se chutan la droga con un imperdible y un cuentagotas, estudian quinielas de carreras de caballos, tebeos, códices mayas...
El profesor llega en bicicleta con una ristra de cabezones. Se sube al estrado sujetándose la espalda (una vaca muge balanceándose sobre su cabeza, colgada de una grúa).
PROFESOR: - Anoche me jodió todo el ejército del Sultán. Tengo la espalda dislocada al
servicio de esa reina que tengo en casa... A la muy zorra no hay quien la eche. Necesito un electricista cerebral titulado que le desconecte sinapsis por sinapsis, y un alguacil quirúrgico que le ponga las tripas en la acera. Cuando la mami se mete en casa de alguien con maletas yapuedes pedir al infierno que te libre de semejante chupóptero...
Contempla los cabezones tarareando canciones de los años veinte.
- Me ha entrado la nostalgia, chicos, e irá saliendo por aquí y por allá... chicos que andan por la feria comiendo algodón de azúcar color de rosa... se meten mano en la barraca del sexshow... se la menean en la noria, lanzan esperma a la luna que se alza roja entre los humos de las fundiciones del otro lado del río. Frente al Palacio de Justicia un negro cuelga de un chopo... mujeres recogen gimiendo su esperma en sus vaginas dentadas... (Marido que mira al recién nacido con ojos escrutadores color camisa vieja de franela gris... «Doctor, tengo la sospecha de que es negro.» El doctor se encoge de hombros: «El mismo truco de siempre, hijo. Adivina en qué mano está... Visto y no visto... nada por aquí, nada por allá...»)
Ahí os dejo otro fragmento para que quede un poco más claro, del capítulo 4
La carne negraTodas las calles del centro descienden entre cañones más y más profundos hasta una amplia plaza en forma de riñón, llena de oscuridad. Las paredes de calles y plazas están perforadas de cafés y cubículos habitados, algunos de muy poca profundidad y otros que se alargan hasta más allá de la vista formando una red de pasillos y habitaciones.
A todos los niveles se entrecruzan puentes, pasarelas, tranvías de cremallera. Jóvenes
catatónicos vestidos de mujer con trajes de arpillera y andrajos podridos, caras intensa y
groseramente pintadas de colores chillones sobre estratos de cardenales, arabescos de
cicatrices supuradas abiertas hasta el hueso nacarado se aprietan contra los transeúntes con silenciosa y tenaz insistencia.
Traficantes de la Carne Negra, carne del gigantesco ciempiés acuático negro - que llega a alcanzar dos metros de longitud - hallada en una ruta de rocas negras y lagunas pardas,
iridiscentes, exhiben crustáceos paralizados en unos escondrijos de la plaza y solamente
visibles para los Comedores de Carne.
Practicantes de oficios inconcebibles y ya olvidados, estraperlistas de la Tercera Guerra
Mundial, excisores de sensitividad telepática, osteópatas del espíritu, investigadores de
infracciones denunciadas por suaves ajedrecistas paranoicos, ejecutores de autos
fragmentarios de procesamiento escritos en taquigrafía hebefrénica que acusan inimaginables mutilaciones del espíritu, agentes de estados policía sin constituir, destructores de sueños exquisitos y nostalgias puestos a prueba en las células hipersensibilizadas por la enfermedad de la droga y canjeados por materias primas de la voluntad, bebedores de Fluido Pesado sellados en el ámbar translúcido de los sueños.
El Café de Reunión ocupa un lado de la Plaza, un laberinto de cocinas, restaurantes, covachas para dormir, peligrosos balcones de hierro y sótanos que llevan a los baños subterráneos.
La temáticaOtra de las cosas que hay que saber es que a Burroughs le gusta lo perverso, lo lujurioso. La sexualidad está muy presente en su obra y la homosexualidad de manera especial ya que el propio autor era homosexual, eso da lugar a capítulos como La casa de juegos de Hassan y de fragmentos que rayan cuando no pisan definitivamente la pornografía de la más sucia y barata, fragmentos que a veces casi tienes que pasar por alto porque se te hacen tremendamente repulsivos seas homosexual o no. Prefiero no poner ningún fragmento de estos porque si lo pongo me ponen la banderita en el blog jejejejejeejeje.
La droga es enfocada como una forma de vida por Burroughs, controlada y penada por las corporaciones y los gobiernos, Burroughs lo representa todo así como una gran conspiración de los gobiernos (especialmente el norteamericano) para manejar a las personas y condenarlas a la estupidez, todo lo falso y decadente es tratado por Burroughs con una dureza encandiladora y brillante.
Los personajes y el entornoBurroughs imagina un país llamado Interzonas, que comprende desde México hasta Tánger aproximadamente (es en Tánger donde escribió la novela) donde se desarrolla la acción destructiva de la novela, lejos de la falsa perfección norteamericana que prefiere mirar hacia otro lado. Los personajes son críticas a los estamentos que ridiculiza, así Benway es un médico mientras que A.J. es un magnate de la industria del sexo... todos son instrumentos para que Burroughs critique.
En fin no puedo decir mucho más, os recomiendo la novela aunque puede que os acordéis de mi familia cuando la leáis porque puede que no os guste, no es una novela corriente. Si os decidís os recomiendo paciencia.
No me resisto a poneros un poema de Burroughs que no está incluído en la novela, pero en el que veréis el sentido crítico del escritor norteamericano:
Día de Acción de Gracias. 28 de noviembre de 1986Gracias por el pavo y las palomas mensajeras, destinados a ser cagados a través de las tripas de los americanos.
Gracias por todo un continente que hemos asesinado y hemos envenenado.
Gracias a los indios que nos proporcionan algo de peligro y de reto.
Gracias por las grandes manadas de bisontes, por matarlos, sacarles la piel y dejar que se pudra.
Gracias por los trofeos de lobos y coyotes.
Gracias por el sueño americano, por divulgar y falsificar hasta que el fraude salga a la luz.
Gracias por el Ku Kux Klan, por los policías que matan negros y se los apuntan en su cuenta,
por las mujeres piadosas y decentes con sus caras mezquinas cansadas, amargadas y perversas
Gracias por las pegatinas que pongan -Matar un maricón en nombre de Cristo-.
Gracias por el sida de laboratorio.
Gracias por la prohibición y la guerra contra la droga.
Gracias por un país donde a nadie se le permite hacer lo que quiere.
Gracias por una nación de chivatos.
Oh sí gracias por todos los recuerdos, va enséñame los brazos, siempre has sido un estorbo y siempre has sido un pesado.
Gracias por haber traicionado de esta forma el último y más importante de los sueños humanos.