The Cure paso a paso: Seventeen Seconds

El segundo álbum de The Cure que vio la luz en 1980 es lo el principio de lo que durante mucho tiempo algunos consideraron una posible trilogía formada por Seventeen Seconds, Faith y Pornography. Tras la aparición de Bloodflowers la banda editó un DVD (que por supuesto tengo) llamado Trilogy en el que la trilogía siniestra la formaban Pornography, Disintegration y Bloodflowers. Aférrense a la que gusten.

Ya desde el primer corte se ve que el disco que vamos a oír es diferente al anterior. A reflection es una canción muy sencilla con un piano cansino y lánguido, "cuidado pisamos terrenos de tristeza" parece decirnos.

Sigue uno de los temas emblemáticos de la banda A play for today que pese a ser más movida no tiene la algarabía punk del disco anterior es una canción con mucha fuerza en la que se complican los acordes, no se pierdan los armónicos al principio.

La espectral batería de Secrets irrumpe en el tercer corte y Robert más que cantar susurra acompañado tímida pero eficazmente por una base sencilla a la vez que difusa. El riff es peregrino y esporádico hasta el final de la canción en la que se une un sonido de piano melancólico.

In your house se hace notar con un arpegio omnipresente en el tema y el bajo por fin reclama su protagonismo construyendo una canción lineal como todas las del disco, sonsacada de la irrealidad, de la sombra de un recuerdo.

Three es un juego constante de efectos y voces, es una canción sacrificada; Robert da vía libre a sus propios tormentos y conspiratorias imágenes tanto en este corte como en el siguiente The Final Sound.

Hacemos un pequeño alto en el camino para fijarnos en una de las canciones más representativas de la banda. A Forest es oscura, siniestra, desoladora, aplastante, inquietante... genial.
The Cure crea una atmósfera hermética y agobiante, un bosque de árboles demoníacos de ramas quebradizas que forman extrañas formas y proyectan sombras imposibles y pesadillescas, al final Robert remata con un solo de guitarra magnético y onírico. Esta canción la han utilizado para despedir los directos de forma tradicional.

Tras la pasada de A Forest llega M con una estructura bastante parecida a la de A play for today, con acordes amplios y poca distorsión, con trenzados de guitarras sugerentes e incluso cálidos, algo extraño en un disco como Seventeen Seconds.

At night se caracteriza por ser una canción algo más rabiosa y menos traslúcida que las anteriores con guitarra distorsionada y el contrapunto de la melodía secundaria de teclado que sigue dando el toque de sensibilidad.

La última canción del disco es la que da título al mismo, 17 Seconds refleja la eternidad en un solo momento con su base repetitiva y su enrevesada y grisácea linealidad.

En conjunto tenemos un álbum como ya dije antes de bases sencillas y bien declaradas que sin caer en la desesperación nos muestra unos atisbos de tristeza que acompañarían ya por siempre a la carrera de la banda del Señor Robert Smith.