Historia: Las Cruzadas impopulares
Uno de los episodios más sórdidos de la historia es sin duda el
reiterado empeño europeo de recuperar los santos lugares.
Cuando se habla de las Cruzadas inmediatamente a todo el mundo se le llena
la boca hablando de Ricardo Corazón de León. Pero se suele olvidar
en muchos casos que el grito de Urbano II ¡DIOS LO QUIERE! trajo cosas que
conviene recordar porque desde luego se las traen.
LA CRUZADA DE LOS NIñOS
Tras el fracaso de la IV cruzada, se inició antes de la V otra más
era el año 1212 y un movimiento de adolescentes recorrió Europa.
Los jóvenes europeos especialmente los franceses y alemanes se organizaron
para recuperar con su pureza infantil los lugares santos mancillados por los
musulmanes.
El resultado fue desastroso: los que no murieron por hambre o enfermedad fueron
capturados por capitanes listillos y chivatos que los vendieron como esclavos.
LA V CRUZADA: LA AVARICIA ROMPE EL SACO
Inocencio III organizó en 1218 una cruzada para conquistar Egipto, a priori
más vulnerable. Se conquistó Damietta junto a la desembocadura del Nilo, los cruzados se crecieron: tenían controlada la desembocadura del Nilo y eso poní a los estados francos en posicióm segura. El exceso de confianza les hizo decidirse por atacar El Cairo. El resultado fue un completo fracaso que les hizo retirarse e incluso 3 años después tuvieron que dejar lo conquistado en Egipto.
LA VI CRUZADA: EL TRIUNFO DEL EXCOMULGADO.
Cuando el Papa organizó esta cruzada le exigió al emperador Federico II Hohenstaufen que en señal de penitencia eximiera sus culpas con Dios y acudiera a la cruzada. Federico se hizo el remolón y le daba largas al Papa con excusas tontas, el Timonel de la barca de San Pedro lo excomulgó
El emperador que no era tonto y tenía planes para Jerusalén (para gobernar el reino él solito claro) y partió a las cruzadas sin la bendició del Papa en 1228. Lo curioso es que recuperó Jerusalén con un acuerdo diplomático, además entraban en el paquete Belén y Nazareth.
LAS CRUZADAS VII Y VIII: MEJOR LO DEJAMOS.
Los logros de Federico II no duraron demasiado: en 1244 Jerusalén cayó otra vez (esta sería la refinitiva). El rey San Luis IX de Francia encabezó la VII cruzada, de nuevo contra Damietta en Egipto. Fue hecho prisionero junto a casi todo su contingente.
El rey fue puesto en libertad, pero como no escarmentaba en 1270 organizó otra cruzada contra Túnez. El devoto rey pensaba que iba a congratular a Dios, pero iba en realidad a beneficiar a su hermano el rey de Nápoles (Carlos de Anjou) que estaba harto de la competencia de los mercaderes Tunecinos. La peste acabó con el rey y con su ejécito y de paso con las ganas de la nobleza europea de hacerle tanto caso al Papa (pese a que el Vaticano intentó organizar más, claro como no iban ellos...)
Las pocas posesiones que les quedaban a los cruzados fueron abandonadas por estos en 1291 tras caer San Juan de Arce.
2 Comments:
Bonito arte el suyo al resumir las cruzadas en estos pocos párrafos (no hay ironía alguna en mis palabras, que conste). Un servidor que siempre tiraba de las cuatro páginas sobre la temática que se publicaron en la Mundo Medieval... a partir de ahora sumaré también estas referencias. Agradecido le quedo.
Muchas gracias por publicar este resumen de aquellas oscuras cruzadas que las "CÁTEDRAS" de historia se saltan a veces olímpicamente por alto. También me gusta que el estilo, es menos latoso y se queda en la memoria.
=)
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