Una Biblia Generacional

No te preocupes mamá si el matrimonio no funciona siempre nos podemos divorciar




Para empezar quisiera llamar su atención en esta definición:

Negación del ahora: decirse a uno mismo que el único tiempo que merece la pena vivir es el pasado y el único tiempo que puede resutar interesante es el futuro.



La generación X fue una generación de pasada, intermedia, a la que no se prestó demasiada atención. Por eso que Douglas Coupland la bautizara así, por llamarla de alguna manera, y que de forma casi casual inventara un nuevo concepto resulta lo más apropiado para etiquetar a una gente que no tiene ganas de ser etiquetada.

Esta generación sucede a los yuppies de Wall Street, suceden a los consumistas obsesivos de las novelas de Easton Ellis y se mueven en un ambiente de escasez y de intimismo. Quiero ahora poner su atención en esta definición:

Optimismo pobre: darse cuenta de que uno era mejor persona cuando tenía menos dinero


Esta generación de desvalidos afectivos, apenas suelen tenerse unos a otros. Sus padres no les dieron a menudo el cariño necesario y reivindican su poder de no elegir, de no consumir, de no ganar el dinero necesario para gastarlo en algo. Sostienen que queremos tener dinero para poder gastar más dinero.

Todo esto puede deberse a la ley del péndulo (sus antecesores eran justo lo contrario a ellos) y también a una envidia generacional: reprochan a sus mayores que sus logros se deben a que nacieron en el momento adecuado, la era Eisenhower y se distinguen de los hippies porque no forman comunidad. Son una generación hastiada de publicidad, de competencia, de la búsqueda del éxito.

La novela de Douglas Coupland Generación X es un retrato de esta generación, a mí es un libro que me ha marcado mucho, del que se pueden sustraer máximas para la vida. Su escenario y su lenguaje es sencillo, casi minimalista; de hecho los protagonistas viven en bungalows alquilados en el desierto, los personajes son muy carismáticos y su forma de construir su microuniverso hace que les cojas cariño. Son en cierto modo como Tyler Durden pero sin proyecto Mayhem y sin ida de olla mayúscula.

A los márgenes del texto hay repartidas a lo largo de todo el libro definiciones de innovadores conceptos (las que he puesto son dos ejemplos de estas) y algunas viñetas ilustrativas.

Si se pudiera definir la novela y su mensaje en una frase... me quedaría con el título del capítulo 8: Comprar no es crear