Christina Ricci, una cadena y unos temazos de blues

La verdad es que a veces no necesitas ver una película buena para poder disfrutar con una película, en todas las filmotecas zetosas del mundo existen un buen puñado de pelis que sin ser obras maestras consiguen divertirnos y provocar nuestras más escalofriantes y húmedas ensoñaciones.

Algo de eso tiene la última peli que vi (y primera a la que hago reseña en mucho tiempo), Black Snake Moan se vale de unas bazas elementales pero bien jugadas: Samuel L. Jackson haciendo de negro sureño, cosa que hace muy bien (recordemos cuando estuvo a punto de entregar el cliché en Tiempo de matar), blues en estado puro directo a la corteza cerebral y sobre todo una morbosísima Christina Ricci en bragas y encadenada toda la puñetera película.



Aquí tenemos a Christina Ricci viendo el Valencia-Deportivo


En cuanto al resto de la película lo único que se ha hecho ha sido hilvanar lo que faltaba para que podamos estrenar el traje; la historia es algo extravagante, aunque parte de una interesante premisa algo trillada como es la soledad de dos personas que sólo se tienen la una a la otra para ayudarse y cuya existencia cobra una nueva vitalidad. Lo peor de todo es que esperas con un clímax morboso y muy interesante que el desenlace sea multiorgásmico, mas no es así en este caso, en realidad el final es algo... ¿como decirlo? Happy happy; tanta existencia descarriada, tanta ansiedad, tanta sexualidad enfermiza, malhablada y bizarra para desembocar en algo verdaderamente puritano, casi gafapastil; creo que es lo único que tengo que achacar a al peli. Una pena porque el planteamiento de tener en tu casa a una ninfómana atada al radiador hacía que mis glándulas salivares tuvieran mucho trabajo.



Mamá te presento a tu nuera


Ah por cierto ¿alguien me explica la presencia de Justin Timberlake?